Sinopsis
Historias de amor y traición, de nobles y damas virtuosas, de valientes caballeros, maridos celosos, serenatas y notas dulces que María de Zayas, autora del siglo xvii, escribió para el entretenimiento y que ahora se adaptan al español actual.
Seis damas y cinco caballeros organizan un sarao de cinco noches en la corte de Madrid. Quieren pasar entretenidos las largas tardes de invierno y se proponen un reto: cada noche, dos de ellos tendrán que contar dos historias o «maravillas», como dan en llamarlas. Así, el lector conocerá relatos protagonizados por amantes desventurados que hacen reflexionar sobre asuntos tan actuales como los desengaños amorosos, el matrimonio o la igualdad entre hombres y mujeres, con títulos como El castigo de la miseria, La fuerza del amor, El prevenido engañado, La inocencia castigada, Estragos que causa el vicio y muchos más.
Libros de Seda –
Blog literario Laurel lee y escribe. Reseña completa: https://laurelleeyescribe.blogspot.com/2024/09/novelas-amorosas-y-ejemplares-de-maria.html
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto de esta novela. O mejor dicho, un par de ellos, porque creo que procede.
El primer motivo, tiene que ver con los motivos que me llevaron a elegirla como una de mis lecturas. Y se debe a la autora, María de Zayas, de la cual he de confesar que era una absoluta ignorante. Y creo que no soy la única a la que le sucede lo mismo. Lo cual, por otra parte, es bastante injusto para la propia autora puesto que, si bien es cierto que le tocó compartir espacio y tiempo con otros de los más grandes literatos españoles al ubicarse temporalmente en el Siglo de Oro, la realidad es que, las mujeres creadoras, no solo de este período, sino de buena parte de los mismos, no sufren del mismo problema con tal de obtener reconocimiento y fama como sus colegas masculinos.
Así que, este primer alegato a favor de la igualdad y el mérito que las mujeres creadoras han de tener me ha encantado. Además de eso, sirve también para poner de relieve cómo, a pesar del tiempo transcurrido, hay cosas aún que parecen no haber cambiado demasiado, como el hecho del esfuerzo doble o triple que debemos realizar las mujeres con tal de ser reconocidas como igual de válidas que nuestros colegas masculinos. Haciendo ver así también cuán fuerte sigue siendo la presencia del machismo en más de un aspecto de nuestra sociedad.
Y el segundo motivo tiene que ver con el propio tiempo de publicación en sí, ya que he de hacer una segunda confesión. Y esa no es otra que hace bastante tiempo que no leía un clásico, así que nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para retomar antiguos hábitos. Más, cuando el lenguaje no es del todo contemporáneo, pero sí que está adaptado para una mejor comprensión.
Entrando ya en materia de opinión, he de decir que, dado que es una novela que se compone de relatos, lo que haré será dar una pequeña reflexión de cada uno de ellos, puesto que no quiero desmerecer o menospreciar a unos sobre otros.
Junto a ello, he de decir también como inicio, que María de Zayas es una mujer de su tiempo y por tanto, bebe del mismo. Desde el punto de vista personal y literario.
Así, este libro tiene una premisa similar a otras obras como el Decamerón de Bocaccio puesto que, es un grupo de personas el que se reúne para contarse historias y así entretenerse. En este caso, no hay plagas o calamidades de por medio, sino por el mero hecho de estrechar lazos y también para entretenerse. Pero además, como de todas y cada una de las historias se puede extraer una moraleja, da el lugar también que la literatura merece como algo que va más allá de un mero entretenimiento, sino como un arma de denuncia y puesta de relieve algunos de esos aspectos susceptibles de mejora de nuestra sociedad. O de la sociedad del tiempo en que se ambienta la historia.
Además de eso, si por algo se caracteriza el Siglo de Oro español es por la importancia y el desarrollo de la poesía y del género teatral. Y por eso, ambos están presentes en todas y cada una de las historias o maravillas contadas, así como en la ambientación de las subtramas personales que sirven de nexo e hilo conductor de todas las historias porque, he de decir que, esta reunión de damas y caballeros no tiene nada que envidiar a un reality show contemporáneos ya que… ¡menudo entretenimiento y menudos momentos más o menos incómodos o de apoyo entre ellos!
Libros de Seda –
Blog literario Marta entre libros. Reseña completa: https://martaentrelibros.com/2024/10/21/novelas-amorosas-y-ejemplares-maria-de-zayas/
La novela de la que voy a hablar hoy es uno de esos pequeños tesoros que nos da la literatura española y que, gracias a editoriales como Libros de seda, se ven rescatados, no digo del olvido, pero sí de un cierto arrinconamiento. Novelas amorosas y ejemplares es un libro cuyo formato nos puede recordar a muchos otros en los que un grupo de personas se reúnen para pasar un buen rato contando historias. En este caso, como su título nos indica, todos estos relatos tienen el ingrediente común del amor y que todos incluyen una especie de moraleja. Su autora es María de Zayas (Madrid, 1590 – 1661), una escritora del Siglo de oro español, que sí ya lo tenía difícil en su tiempo para lograr algún tipo de reconocimiento por su obra por el hecho de ser mujer, el tener que compartir espacio temporal con grandes como Cervantes o Lope de Vega le resultó otro obstáculo más en su carrera.
Antes de adentrarme en la novela en sí, voy a hablar un poco de María de Zayas, pues es muy probable que os sea del todo desconocida o, como a mí me pasaba, su nombre me resultaba familiar, pero poco más sabía de su vida.
María nació a finales del siglo XVI en Madrid, aunque por la ocupación de su padre, sufrió numerosos cambios de residencia. No existen muchos datos sobre su persona, pero se la considera una representante del feminismo premoderno.
Su obra no es muy extensa y aparte de la que nos ocupa, publicó una obra de teatro titulada La traición en la amistad y otra colección de relatos, Desengaños amorosos, que sería una especie de segunda parte de las Novelas amorosas y ejemplares y que como bien nos anticipa su título tiene un carácter más oscuro.
Es un conjunto de diez historias cortas, en ellas se ve una clara influencia de Cervantes, pero sin que en ningún momento pierda su propia personalidad. Tienen mucho de narrativa picaresca, bastantes notas de humor y le imprime un cierto tono picantón bastante atrevido para la época en la que se escribieron.
En estos relatos María pone en tela de juicio temas como si es mejor que la mujer sea ignorante o cultivada, de lo que es un claro ejemplo el relato «El prevenido engañado». Aquí la autora quiere resaltar que la mujer tiene deseos y necesidades y que hay que tener en cuenta.
Por otro lado, son numerosas las historias en las que el tema de la sexualidad femenina y su falta de libertad a la hora de tomar decisiones son el hilo conductor, volviendo una vez más a hacer hincapié en que la mujer no es un simple adorno que está anulada socialmente, donde no tiene ni voz ni voto. Y reivindica que se les escuche y se tengan en cuenta sus deseos y opiniones.
También, a lo largo del texto, Zayas recuerda la capacidad de la mujer para escribir tanto prosa como poesía, a pesar de las trabas que tienen a la hora de recibir formación.
En cuanto al estilo narrativo, la autora intercala numerosos poemas breves y sonetos en el texto en prosa, aportándole más ligereza y sensibilidad a su narración.
La edición que nos presenta Libros de seda es una adaptación realizada por Noelia Pousada Lobeira, que creo que ha hecho un magnífico trabajo a la hora de presentarnos el texto con numerosas anotaciones a pie de página y respetando al máximo el original.
Libros de Seda –
Blog literario Aurisecular. Reseña completa: https://elblogaurisecular.blogspot.com/2024/10/novelas-amorosas-y-ejemplares.html
Me gusta el Siglo de Oro español, también el inglés pero me ha interesado especialmente estudiar y analizar a los grandes de nuestro Barroco. Gracias, nuevamente, a Babelio y su Masa Crítica he tenido la oportunidad de leer a María de Zayas y he disfrutado descubriendo tanto las características comunes con Ana Caro, Lope, Tirso… como las suyas propias y he de decir que me ha sorprendido porque no hay finales felices en estas Novelas amorosas y ejemplares y la mujer es la protagonista indiscutible.
Por supuesto, Zayas se atiene a las normas renacentistas aún válidas en el siglo XVII. Intuimos la influencia del Decamerón en la estructura del libro. Si Bocaccio escribió diez tandas de cuentos durante 10 días, Zayas coloca a Lisis enferma de amor por causa de don Juan, y es su madre, la discreta Laura, la que propone reunir a sus amigos durante cinco noches para entretenerla. En cada velada contarán dos cuentos, que todos aseguran estar basados en la realidad, «Todo el suceso es verdadero y si no hubiera usado nombres ficticios, los protagonistas serían de muchos conocidos»; además se agasajará con bailes, canciones y comida hasta que regresen a sus casas para volver al día siguiente.
Así pues, el número 10 está presente con toda su simbología religiosa. Sin embargo, algo va a cambiar respecto del Decamerón, pues María de Zayas coloca a Lisis, su protagonista, en una circunstancia parecida a la de Segismundo, de Calderón; esto le permite, no en décimas como era usual para las quejas, sino en romance, dirigir su lamento a la naturaleza, marcando así su soledad social «Escuchad, selvas, mi llanto / oíd, que a quejarme vuelvo…».
También hay cierto recuerdo a Dante y su Divina Comedia, cuando la protagonista sueña con el rostro de su enamorado que «sacando una daga, me dio un golpe tan cruel en el corazón que grité de dolor»; por supuesto este sueño tendrá connotaciones en lo que sucederá después a la dama.
La mitología está presente en casi todas las novelas, como era usual en el Renacimiento al honrar la cultura clásica, lo que demuestra el saber de la autora, y es que María de Zayas tuvo la suerte de pertenecer a una clase social privilegiada que le permitió desenvolverse en círculos cortesanos y literarios y publicar, aunque no le concedieran ningún título militar, literario o eclesiástico, usual en los varones.
Ya en la nota del principio, A quien lo lea, advierte de forma irónica de que es mujer por lo que no aspira más que al perdón «confiando en que si te desagrada podrás disculparme porque nací mujer, no con la obligación de escribir buenas novelas sino con muchos deseos de acertar a servirte». Esta petición incluye que la mujer debería estudiar para poder realizar lo mismo que el hombre en igualdad de condiciones; en Aventurarse perdiendo, Jacinta se lamenta de que su padre haya puesto todo su interés en su hermano «sin que yo le importase lo más mínimo» por lo que pide que esto le sea tenido en cuenta: «una mujer que solo se vale de su talento natural ¿quién duda que merece disculpa en lo malo y alabanza en lo bueno?».
Los tópicos de la belleza renacentista están presentes, como en doña Ana, de El prevenido engañado, «ella y doña Violante, su prima, son las sibilas de España, las dos bellas, discretas, músicas y poetas». Y las quejas del caballero en soledad fruto de divinizar a la dama, como hiciera Garcilaso, las encontramos en La fuerza del amor «…Es posible, amada dueña, que siendo tu aspecto tan agradable, sea tu corazón tan cruel?».
Pero estamos en el Barroco y la mujer está cansada de girar en torno al hombre, se resiste a seguir ocupando el lugar de sumisión y obediencia, por eso, nuestra autora está dispuesta a dotar a sus protagonistas de valor, son capaces de vestirse de hombre para restaurar su honra, así lo hace Jacinta y también La burlada Aminta que, como si fuera Jacinto, en un claro giro irónico entra a servir a don Jacinto para vengar su honor y lo lleva a cabo a la manera de los caballeros «y volviendo a darle otras tres puñaladas, envió su alma a acompañar a la de su amante». Aminta, mujer de don Jacinto, no está dispuesta a ser burlada con el matrimonio doble de su marido por lo que al enterarse de que se hace llamar don Francisco y vive con doña Flora los mata a los dos.
Así pues, a pesar de que la religión está presente en las novelas amorosas, las protagonistas, ellos también, no dudan en suicidarse, asesinar o deshonrar. Las novelas no son reivindicativas, en el siglo XVII la mujer no tenía conciencia social; sí puede criticar a la sociedad y, mediante el humor, la ironía o la burla denunciar la invisibilidad a la que estaba sometida. Al ser amorosas, las novelas se prestan a dar importancia a la dama, de hecho, en más de una ocasión, el «mudable» de carácter es el hombre, característica usual para la mujer, tanto en la literatura como en la sociedad patriarcal. Aquí el protagonista de El desengañado amado y premio de la virtud, don Fernando, «era voluble de carácter, y los hombres como él tienden a cambiar el aliño porque, cansados de gozar de una hermosura, desean otra…».
Pero no nos engañemos, son novelas “ejemplares” y como tales reflejan lo que para la mujer constituía el amor, el matrimonio y la sociedad: una cárcel en la que ella debía soportar lo que quisiera su marido o, en su defecto, aspirar a la tranquilidad que podía ofrecerle un convento.
María de Zayas no duda en exponer la crueldad que el amante podía llegar a demostrarle a la mujer, tanto física: «para desapasionarse de mi afecto dio el suyo a damas y juegos» (Aventurarse perdiendo), «se acercó a Violante y le dio de bofetadas hasta que la bañó en sangre» (El prevenido engañado), como psicológicamente: «…no quería que su esposa viviese en la de su tía, sino con él, para que no cultivase su ingenio sin desarrollar. Recibió criadas para la ocasión y buscó las más ignorantes».
Con este panorama no es de extrañar que la mujer acuda a la magia, incluso a la magia negra, perseguida por la sociedad y por la iglesia, para escarmentar a maridos injustos y a amantes, lo que hace que a veces surjan escenas humorísticas «…los demonios que estaban en las sortijas se le pusieron delante. Lo derribaron de la mula y lo maltrataron» o lamentables, «subieron al cuarto de doña Laura y vieron el desatino de don Diego y a la dama bañada en sangre […] la afligida Laura encargó que le trajese a la embustera» (La fuerza del amor).
No hay reivindicación, María de Zayas quiere exponer la realidad por lo que, en general, sus mujeres son independientes, pretenden una libertad que podían obtener y esta no venía con el matrimonio, «verdaderamente aborrecía el casarse, temerosa de perder la libertad de la que entonces disponía»; en realidad no se dan cuenta, o sí pero no alardean de ello, de que están luchando por una causa importante.
Las novelas se leen fácilmente y tienen cierto regusto actual pues las protagonistas actúan como hombres para buscar su felicidad y no les importa humillar al que las ha dañado; los típicos donjuanes de la tradición literaria quedan perjudicados, tal y como hizo Tirso de Molina con su Burlador de Sevilla; y los excesivamente celosos, también, tal y como se extrae de la moraleja de El castigo de la miseria.
Asimismo encontramos escenas carnales y de sexo aunque el amor continúe desdichado. Y las damas son capaces de abandonar a su amado al darse cuenta de que valen más que él, por lo que en los temas clásicos de la época, Zayas da una vuelta de tuerca y con grandes dosis de humor, ya sea exponiendo situaciones hiperbólicas o réplicas irónicas, consigue que los enredos se vayan haciendo imposibles, que las parejas se conviertan en tríos y estos pasen a cuartetos en un santiamén, que los diablos o los fantasmas acaben con el sufrimiento de la mujer y amenicen la lectura con apariciones idealistas, algo que ha permanecido en la literatura desde los clásicos y aun hoy se sigue usando como recurso.
Y como recurso actual, el cuento dentro de otro cuento consigue derrumbar los cimientos de la sociedad patriarcal con una ironía que hace honor a estas “maravillas”.
Don Gaspar lamentaba sumamente el verme casada, y yo más que él […] puesto que quería a don Gaspar, y aunque no fuera por esto, por lo menos por estorbar su amor no había de ser gustosa la compañía de mi marido.
La inteligencia de María de Zayas se ve en el estilo de su narrativa: la chispa de los diálogos, las alusiones de los poemas, las descripciones realistas e idealistas, la tragedia verídica en la crítica social y los dos tipos de narrador, uno que se dirige al personaje y otro al lector, consiguen que empaticemos con las mujeres tanto de las maravillas como de aquellas que las cuentan y que protagonizan sus propias historias, «Prometo […] publicar la segunda parte, en la que narraré el castigo de la ingratitud de don Juan, el cambio de opinión de Lisarda y las bodas de Lisis».
No es raro pues, que el libro termine con diferentes poemas de los más grandes, en honor a María de Zayas:
A la señora doña María de Zayas y Sotomayor
Doña Ana Caro de Mallén
Décimas
Crezca la gloria española
insigne doña María,
por ti sola, pues podría
gloriarse España en ti sola
Libros de Seda –
Analy01 en Babelio. Reseña completa: https://es.babelio.com/livres/Zayas-Novelas-amorosas-y-ejemplares/198684/critiques/301876
Siendo una novela recuperada del Siglo de Oro español, su lectura resulta muy actual. al estilo del Decamerón, recoge distintas historietas que los protagonistas principales van contando para entretenerse en los días previos a la Nochebuena. Así, podemos encontrar temas tan actuales como los celos, la infidelidad o el papel de la mujer dentro de la sociedad y en las relaciones amorosas.
Esta edición está cuidada y adaptada para que su lectura resulte fácil y amena para todos los públicos. Sin duda, recuperar figuras femeninas dentro de la literatura española es un punto a favor, y más si se equipara con otros titanes como son los titanes del Siglo de Oro de las letras. Además, podría ser una lectura recomendada en la asignatura de Lengua y literatura española que resultaría amena a los alumnos.