Sinopsis
Una obra maestra de la Premio Nobel Selma Lagerlöf, en la que la autora denuncia el tipo de mujer moldeado por la Iglesia, con su exigencia de sacrificio incondicional al hombre.
Värmland, 1830. Charlotte Löwensköld es una joven vivaz y bondadosa que, tras la muerte de sus padres, vive en la rectoría de Korskyrka. Allí lleva cinco años comprometida con el joven vicario Karl-Artur, también descendiente de los Löwensköld. A pesar de que Karl-Artur, cada vez más absorbido por su fanatismo religioso, posterga la boda, a la joven no se le pasa por la cabeza romper su compromiso: ni siquiera cuando el adinerado Schagerström pide su mano. Pero una maldición pesa sobre la estirpe de los Löwensköld. No importa que ella rechace con firmeza a su pretendiente: sus esperanzas y sueños difieren de los del ascético Karl-Artur y, combinadas con maliciosas calumnias, amenazarán su relación. Charlotte se debatirá entre el deseo de reconciliarse con su prometido y la búsqueda de su propia felicidad.
Libros de Seda –
Culturamas, revista de información cultural en Internet. Reseña completa: https://www.culturamas.es/2025/07/13/charlotte-lowenskold-de-selma-lagerlof/
Por Ricardo Martínez Llorca / @rimllorca
El final de un relato de amor suele ser emocionante. Puede ser feliz, como en los cuentos de hadas, o con el realismo más desastroso de las novelas psicológicas cargado sobre la espalda de los personajes. Pero, en cualquier caso, no nos deja indiferentes y así es como nos alegramos de haber acompañado durante ese tiempo a estos personajes. La fórmula que ha encontrado Selma Lagerlöf (1858-1940), que no desvelaremos, es diferente, y merece la pena ser tenida en cuenta. De hecho, durante la lectura de esta novela, nada apunta a uno u otro tipo de resolución, lo cual hace que nos mantengamos en activo mientras avanzamos.
Con la estructura propia de los melodramas, con sus amores contrariados y sus deseos imposibles, con sus pies que se sujetan, de vez en cuando, a la tierra, esta novela nos presenta con pulso firme el tema de la confrontación entre la farsa y la sinceridad. Habrá farsa, o sinceridad, en las poses sociales, pero también la habrá en las convicciones personales. Estamos junto a unos personajes que en 1830 poseen cierta posición que les permite centrarse en problemas personales, entre ellos la búsqueda del amor verdadero entre tantas y tantas opciones frustrantes. Ni siquiera el dios en que creen quienes consagran su vida a él, viene a salvar a nadie. La suerte, como van demostrando ellos en lo que quizá sea el punto más fuerte de la obra, nos la vamos haciendo. El problema es que no siempre es fácil mantener la compostura y no siempre está reconciliado con lo que se supone que es triunfar en la vida, es decir, tener unos días plácidos bien acompañado. El riesgo al que se someten los personajes, y entre ellos la atractiva protagonista que da título a la novela, es el de romperse.
La sociedad marca las pautas dentro de las que se moverán los personajes, que en los casos más importantes, los que mueven los resortes de las actuaciones, no cesan de preguntarse, o de hacernos preguntarnos, qué espacio nos queda para ser auténticos. Aparecen los celos, los encuentros, el azar… todo eso que configura la espuma de los días, y que sustituye, a la hora de atraparnos, a una trama que, por lo demás, es muy tenue, y que así debe mantenerse. Lagerlöf entra dentro de cada una de sus criaturas para detallarnos los vaivenes emocionales que en buena medida podríamos seguir identificando, esa parte que hace de estas obras relatos eternos: lo que se sufre es lo que hace interesante a las personas, el dolor nos construye. Para ello acota el mundo en el que se mueven a una geografía pequeña, dentro de la cual la gente, si asistimos a la actuación como espectadores, no termina de haber aprendido a vivir. En esta comunidad, la gente se incorpora a la vida de los demás haciéndose valer, o creyendo que se hacen valer y, por tanto, incorporando toda la escala de grises que traza la línea que va del amor al odio. Lo que no existe es la indiferencia.
Lo curioso es que el detonante de la acción es algo que no sabemos si va a suceder: un matrimonio. Ese detalle nos remitirá a un recurso que a lo largo del siglo XX se utilizará con frecuencia: la postergación sin fin de un acontecimiento. Cabe preguntarse si algo intuía ya Lagerlöf, que no hace sino mejorar la redacción clásica de las obras decimonónicas, dentro de las cuales cabe incluir esta novela. No hay respuesta posible, ni ésta importa. Lo que importa es que se nos acaba de entregar una muy buena novela.
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Con un libro y un café en Instagram. Reseña completa: https://www.instagram.com/p/DMXr4qCIR_x/
Hola, lectores! 📖☕
Conocí a Selma Lagerlöf con “El proscrito” y me cautivó su forma de narrar. Así que cuando vi “Charlotte Löwensköld” en Masa Crítica de Babelio, no lo dudé. Gracias a la editorial por el ejemplar, porque esta novela ha sido una auténtica delicia.
La historia transcurre en la Suecia del siglo XIX, en la ciudad de Karlstad, en una sociedad profundamente religiosa y estructurada, donde el deber, la reputación y las normas pesan más que los sentimientos. En ese contexto, Charlotte Löwensköld destaca por su vitalidad, su espontaneidad y su carácter decidido. Lleva años prometida con Karl-Artur, un pastor íntegro y austero, entregado a su vocación con una rigidez que termina ahogando lo afectivo. Su forma de amar está marcada por la renuncia y la moral, más que por la ternura.
Y cuando esa relación comienza a tambalearse, aparece Gustav Schagerström, un viudo adinerado, amable, comprensivo y sereno, que le ofrece a Charlotte un tipo de amor muy diferente: más realista, más tranquilo, más libre. A partir de ahí, se plantea el gran dilema de la novela: ¿qué significa realmente amar?, ¿hasta dónde puede una mujer sacrificarse sin dejar de ser ella misma?
Selma Lagerlöf construye una historia que va mucho más allá del triángulo amoroso. Lo que plantea aquí es una reflexión profunda sobre la identidad, el deber, la libertad y el lugar de la mujer dentro de una sociedad que impone silencios, normas y resignación. Su crítica es sutil pero certera, y su estilo, tan claro y elegante, permite que la emoción fluya sin forzarla.
Charlotte es un personaje extraordinario. Compleja, valiente, contradictoria, humana. Se equivoca, duda, siente, actúa. Y eso la hace inolvidable.
“Charlotte Löwensköld” se lee con fluidez, pero tiene capas que se van revelando poco a poco. Es una de esas novelas que te transportan y, al mismo tiempo, te invitan a mirar hacia adentro. Sus temas, la presión social, el amor idealizado, la fidelidad a uno mismo, siguen siendo sorprendentemente actuales.
Una novela que he disfrutado mucho. Y sí, estoy deseando continuar con la siguiente parte de esta trilogía, Charlotte lo merece.
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Blog literario Lecturas de Undine. Reseña completa: https://lecturasdeundine.blogspot.com/2025/09/resena-charlotte-lowenskold-selma.html
Gracias a la novela de Selma Lagerlöf me acerqué con mayor grado de comprensión, no sólo a un momento sorprendente y atractivo de la historia sueca, sino a una faceta muy interesante del carácter de esta nación.
Charlotte Löwensköld comienza así:
¿Verdad que este pasaje podría ser el comienzo de un cuento de hadas, y que Beate Ekenstedt podría ser la heroína o su villana? Sin embargo, esta dama es importante en dicha historia, no sólo por ser la madre Karl-Arthur Ekenstedt, el joven impregnado de un notable fervor religioso, el galán de esta historia y su única debilidad, sino por ser uno de los grandes símbolos narrativos de Selma Largelöf. Si el lector está interesado en conocerlo, solo tiene que seguir leyendo.
La novela nos traslada a la Suecia de la década de 1830. Allí, en la rectoría Korskyrka de la comarca de Värmland vive la joven Charlotte Löwensköld. Huérfana y carente de recursos económicos, Charlotte ha sido acogida por el rector para hacer las veces de dama de compañía de su esposa. Vivaracha, dulce e inquieta, las travesuras de la chiquilla han traído de cabeza a sus protectores desde que la recibieron en su hogar. Sin embargo, todo el mundo adora a Charlotte por su simpatía y buen corazón. Especialmente Karl-Arthur Ekenstedt, el vicario que ayuda en la rectoría, con el que lleva comprometida cinco años. Pese al amor que se profesa la pareja, Karl-Arthur no parece tener prisa en contraer matrimonio, él sólo vive para su fe y desea vivirla humildemente. Todo esto pesa en el ánimo de Charlotte, quien ha invertido todas sus energías en guiar a su prometido hacia un futuro próspero con la ayuda de su futura suegra la coronela Beate Ekenstedt. Así las cosas, cuando Schagerström, el hacendado más rico de la comarca, pide la mano de Charlotte; ella lo rechaza sin pensárselo dos veces, porque su corazón sigue fiel a Karl-Arthur, pese a las discordancias que existen entre ambos.
Con todo y con ello, los chismorreos y las calumnias acerca de Charlotte comienzan a correr por la población, dando pie a inquietantes malentendidos entre la pareja, bajo quienes pesa la oscura maldición de los Löwensköld. ¿Logrará Charlotte vencer la maledicencia vertida sobre ellos y poner a salvo su amor?
Charlotte Löwensköld es una interesante y original novela, un cuento de hadas para adultos que encierra más de una historia de amor. La obra fue publicada en 1925 en Estocolmo por la editorial Albert Bonniers, uno de los sellos más antiguos y prestigiosos de Suecia, y es la segunda entrega de la Trilogía del Anillo, cuyo primer volumen atiende al título de El anillo de los Löwensköld (1925), cerrando la saga la novela titulada Anna Svärd (1928).
Sin embargo, aunque Charlotte Löwensköld es el segundo título de la trilogía, no es necesario leer el primer volumen. Es una historia independiente, difiriendo en tiempo y contexto del primer libro de la saga, heredando de éste sólamente el motivo de la antes mencionada maldición de los Löwensköld. Como menciona Elda García-Posada en el posfacio del libro, Selma Lagerlöf persigue en Charlotte Löwensköld diferentes intenciones. Me explico, El anillo de los Löwensköld es una novela basada en un cuento popular, que está ambientada en el siglo XVIII, ostenta tintes fantásticos y de misterio, y podría hablarse de ésta como un texto de género fantasmal de ambientación gótica. En cambio, Charlotte Löwensköld se sitúa en la tercera década del siglo XIX, es una obra más comprometida desde el punto de vista sociológico, que aborda temáticas de carácter histórico, como el avivamiento religioso decimonónico que aconteció en Suecia, o el impacto que tuvo sobre la población sueca la industrialización en el momento en el que transcurre la acción, y ambos motivos constituyen un marco perfecto del que se sirve la autora para crear su excelente ambientación.
Sin embargo, Charlotte Löwensköld no es tan sólo una novela de género histórico. Este título guarda entre sus páginas muchas de las inquietudes que motivaron, no sólo la narrativa de Selma Lagerlöf, sino las acciones vitales de quien fuera una gran mujer, que se comprometió sin excusas con los cambios sociales y acontecimientos importantes del momento que le tocó vivir. Si mis lectores recuerdan, hablé de todo ello en las reseñas de El proscrito👈, novela eminentemente antibélica, que fue escrita por Lagerlöf tras contemplar algunos de los desastres de la Primera Guerra Mundial, y en La casa de Liljecrona👈, una historia profundamente emotiva y en sintonía con el realismo mágico característico de la narrativa de la autora, que aborda las problemáticas cruciales femeninas que han influído en el devenir de la mujer.
Así mismo ocurre en Charlotte Löwensköld, fábula emotiva y emocionante, que posee una protagonista con la valentía y la resiliencia propias del feminismo que ostentó Selma Lagerlöf. La autora, a quien se le atribuye el mérito de haber dado uno de los discursos activistas en pro del sufragio más carismáticos de la historia, quiso impregnar su novela de ese espíritu de hermanamiento y complicidad entre mujeres al que se apela en la actualidad como sororidad. Quién si no Largelöf es capaz de admitir la mezquindad de alguna congénere, sin por ello negar que es posible que la comunidad femenina trabaje en pro de la igualdad y la liberación.
La escritora plantea una trama central un tanto brumosa, intrincada y, sin embargo, muy inteligente, que se ramifica en varias subtramas que convergen en un desenlace encantador. Y al final, todo encaja perfectamente.
Es cierto que la temática religiosa decimonónica puede resultar un tanto tediosa para cierto tipo de lectores, quizá más acostumbrados a la narrativa de otros géneros literarios. Sin embargo, para quienes se sienten atraídos por la buena narrativa salida de la pluma de autores como Anthony Trollope o Arnold Bennett, dos británicos que estudiaron la Alta y Baja Iglesia de Inglaterra en profundidad, descubrirán en Charlotte Löwensköld otro océano literario inmenso en el que poder bucear. Sus excepcionales y humanos personajes, tan empáticos que da pena separarse de ellos; sus poéticas descripciones, tan fotográficas que se materializan en la imaginación; o lo innovador de su argumento para quienes la Europa del Norte es mundo nuevo a explorar, entre otros motivos de interés, son suficientes razones para adentrarse en esta novela absorbente y especia